Hola lectores!
Este día os traigo este pedazo de regalo: unos cupcakes!! pero lo mejor de todo, es que nunca se acaban, porque no son comestibles. Se trata de una vela en forma de cupcake. Una manualidad muy bonita de hacer y muy resultona. Para un detalle con alguna amiga, un regalo a la madre, ...
Necesitamos:
cera de parafina de distintos colores
Cuencas de abalorios: bolitas doradas o plateadas, lentejuelas, etc.
Mecha (el hilo que va por el centro de las velas)
Moldes de magdalenas de silicona o de papel en cuyo caso necesitaremos un cuenco más o menos del mismo tamaño, donde quepa el papelito de la magdalena y así que no se desborde al añadir la cera derretida
Un recipiente apto para poner al fuego donde derretiremos la cera, una cuchara
Procedimiento:
Tenemos preparado en un cuenco, los moldes de las magdalenas. En mi caso, al hacerlo con moldes de papel, los puse en un cuenco para que no se desborde cuando añada la cera.
Calentamos en un cazo, un poco de cera del color que queramos, hasta que se derrita totalmente. Lo vertemos en el molde de magdalena, hasta llenarlo por completo
Lo dejamos enfriar para que se endurezca (puede tardar desde media hora a una completa, dependiendo del lugar donde lo coloquemos; al aire libre se enfría mucho más rápido). A mitad del secado, cortamos una mecha, de altura bastante mayor a la de la altura de la cera que añadimos, y la colocamos en el centro. Al estar la cera semiblanda, es relativamente fácil que se aguante en el centro.
Dejamos que enfría por completo.
Quedaría como esta. No tomé fotos de todas las velas que hice, por eso varía el color de la vela con respecto a la anterior.
Ya tenemos hecha la base de nuestra magdalena o cupcake. El siguiente paso sería realizar lo que sería la nata de por encima con la que se adorna. Para ello, cortamos cera de color blanco o beis con la ayuda de un cuchilo o rallador. De forma que quede trocitos pequeños de distintos tamaños. En el cazo, lo ponemos al fuego con tales trocitos y lo calentamos ligeramente, poco a poco. debemos conseguir que no se derita demasiado, sino que quede como en grumitos. Cuando esté así, retiramos del fuego y con una cuchara o los dedos, sin quemarnos, la vamos poniendo por encima de la base de la magadalena, intentando darle forma redondeada. Al estar semidura la cera, se podrá amoldar y modelarla como queramos.
Si queremos, podemos añadirle una cereza encima. Para ello, con un poco de cera roja, derretida igual que para la nata, vamos poniendo en el centro, cubriendo la mecha, hasta conseguir una bolita redonda que se parezca a una cereza.
Cuando terminemos de darle la forma, y antes de que termine de secar por completo, le podemos poner cuencas de abalorios, por encima de la "nata" para imitar pequeñas chuches, hundiéndolas ligeramente en la cera blanca para que se peguen bien. Si vemos que no se sujetan porque la cera está ya fría y dura, con un mechero o cerilla, podemos calentar ligeramente la zona donde queramos poner la cuenca e inmediatamente colocarla encima, para que se peque a la cera. Así conseguiremos que no se caigan.
Retiramos el molde de papel de la vela ya fría y, si fuese necesario, cortamos el excedente de mecha aunque yo le he dejado un pequeño rabito por si algún día decido encenderla.
Y así ya conseguimos tener nuestra vela en forma de cupcake.
Terminaremos con las manos untadas de cera y los dedos llenos de restos, pero vale la pena. A mi me resultó muy entretenido y me animé a hacer varias velas, de distintos colores y formas. Cuestión de tener un poco de imaginación!
A disfrutar con estas manualidades, se puede conseguir auténticas maravillas.
Feliz día amig@s!
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